martes, 7 de enero de 2014

Resumen acto XI,XII,XIII

ACTO XI

Celetina sale de la casa de Melibea y se reúne con Sempronio y Pármeno que recohen a Calisto de la iglesia. Celestina da la enhorabuena a Calisto porque ha convertido a Melibea en su servidora.
El joven caballero se enoja porque el habla de Celestina no es cortés:

Habla cortés, madre, no digas tal cosa, que dirán estos mozos que estás loca. Melibea es mi señora, Melibea es mi Dios, Melibea es mi vida; yo su cautivo, yo su siervo.

Calisto da a Celestina una cadenilla de oro como pago por su buen trabajo. Los dos criados saborean la ganancia que su parte de la cadena les supondrá. Pármeno pondera que no daría su parte por medio marco de oro. Celestina insiste en la disposición de Melibea a entregarse a Calisto. El joven caballero se siente agobiado, enajenado; se pregunta si estaría soñando, se siente morir de gozo:

Muerto soy de aquí allá, no soy capaz de tanta gloria, no merecedor de tan gran merced, no digno de fablar con tal señora de su voluntad y grado.

Celestina se despide, alegre de su recompensa. Llega a casa donde Elicia le reprocha su tardanza y quiere que reflexione que a su edad ya no debe andar sola, tan tarde, pues puede tropezar y caerse, y morir. Cenan y se acuestan.

ACTO XII

Cerca la medianoche, Calisto y sus dos criados salen armados hacia la casa de Melibea. La noche está oscura y quieren prevenirse contra cualquier eventual emboscada. Calisto le encomienda a Pármeno que vaya y mire entre las puertas, a ver si ha llegado Melibea. Pármeno hace saber a amo que es más apropiado que sea a él a quien Melibea vea primero. Calisto se adelanta. Los criados quedan rezagados temerosos. Es Lucrecia, la criada, quien reconoce a Calisto por la voz. Melibea se acerca a la puerta y manda a su criada a la cama. Melibea expresa frialdad y miedo que su honra quede dañada.

A Calisto, ante tal fraildad, le asalta el presentimiento de haber sido engañado por sus dos criados y alcahueta:
¡Oh malaventurado Calisto! !Oh cuán burlado has sido de tus siruientes! ¡¡Oh engañosa muger Celestina! !Dejárasme acabar de morir y no tornaras a vivificar mi esperanza, para que tubiese más que gastar el fuego que ya me aqueja!
Melibea asegura a Calisto que con sus palabras solo había tratado de probar su fidelidad, y le confirma su gozo y su entrega: Los dos amantes acuerdan verse al dia siguiente en el huerto.
MEL.__ ... conténtate con venir mañana a esta hora por las paredes de mi huerto
El diálogo cesa y los jóvenes se apartan cuando Sempronio y Pármeno avisan a su amo de la guadia nocturna que se acerca con hachas. Pleberio, en su alcoba, se despierta ante el bullicio en la habitación de Melibea. Alicia le confirma haberlo oído. Pleberio le pregunta a Melibea qué pasaba. Esta le dice que tenía sed y Lucrecia había salido por jarro de agua.
Entre tanto, Calisto y sus criados llegan a casa. Calisto se dipone a ir a la cama y aconseja a sus mozos a hacer lo mismo. Sempronio, sin embargo, no deja de pensar en la cadena de oro y en la parte que les correspondía y quiere arreglar cuentas con la vieja Celestina, cuanto antes. Los mozos salen hacia la casa de Celestina. La llaman desde la ventanilla de la alcoba. Celestina les abre. Entran. Declaran que vienen por su parte de la cadena. Celestina, siempre tan astuta, se muestra confusa en sus explicaciones. Les dice se la dio a Elica, que no sabe dónde la puso, que no es que fuera de mucho valor, añadiendo que se temía que unos familiares que la visitaron se la habrían llevado; y concluye que, en cualquiera de los caso, la cadena le pertenecía a ella y a nadie mas . La disputa sigue; se da cuenta de que la situación se agraba y pide a Elicia que pida ayuda a la justícia:
¿Qué es esto? ¿Qué quieren decir tales amenazas en mi casa? ¿Con una oveja mansa tenéis vosotros manos y braveza? ¿Con una gallina atada? ¿Con una vieja de sesenta años? ¡¡Allá, allá, con los hombres como vosotros, contra los que ciñen espada, mostrad vuestras iras; no contra mi flaca rueca!
Sempronio saca la espada y entre los gritos de Celestina, entre súplicas de ésta a Pármeno para que le detenga, y entre demandas de éste a Sempronio para que le dá fuerte, Celestina es acuchillada. Ante la gente que acude, Sempronio y Pármeno saltan por la ventana. Caen y mueren descalabrados.

ACTO XIII

Calisto se despierta de un azucarado sueño. Quiere cerciorarse de que lo experimentado aquella noche no había sido pura fantasía. Para ello trata de interrogar a sus criados. Se encuentra con Tristán. Le manda a buscar a Sempronio y Pármeno. En aquellos instantes llega Sosia, el mozo de espuelas, todo desgreñado, con la noticia de que Sempronio y Pármeno han sido degollados públicamente en la plaza. Calisto culpa a la mala fortuna de los incidentes, pondera cómo Celestina era mala y falsa, condenada a morir de mala manera, y se revela contra el destino, decidido a acudir a la cita con Melibea, y sustituir a los criados muertos por Tristán y Sosia, quienes le acompañarán al huerto con escalas

1 comentario:

  1. Cual Es La Reacción De Calisto Ante La Noticia? ¿Que Es Lo Que Le Preocupa Ahora?

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